La forma más antigua conocida de impresión es la utilización de piedras grabadas para sellar, la cual fue utilizada en Babilonia y en muchos otros pueblos. Principalmente eran utilizados como una forma de firma o como simbología religiosa. Se utilizaban piedras talladas en la superficie como sellos y tampones que regularmente imprimían arcilla. La piedra se pintaba con pigmento o con barro para lograr el colorido.
El proceso de impresión se desarrolló de forma independiente en diferentes partes del mundo. En las civilizaciones egipcia, griega y romana se producían libros copiados a mano con pluma o pincel como los epigramas del poeta romano Marcial.